lunes, 15 de septiembre de 2008

El Sol

El Sol



El Sol es una esfera de gases: 70% de hidrógeno, 27% de helio y el 3% restante está constituido por pequeñas cantidades de diversos elementos químicos. Su masa es 332 500 veces mayor que la de la Tierra; su radio, de 695 000 km., es 109,3 veces mayor que el radio terrestre; y su temperatura superficial es del orden de los 6 000 grados centígrados.



Estos valores (radio, masa y temperatura superficial) indican que puede catalogarse como una estrella de tipo medio, y por lo tanto tiene iguales características físicas que muchas de las que se encuentran en el cielo.



El Sol gira sobre sí mismo, pero no lo hace como un cuerpo sólido, sino que su velocidad de rotación es distinta para las diversas zonas. Por ejemplo, el período de giro para sus regiones ecuatoriales (en la mitad de su esfera) tiene un valor mínimo de 25 días, mientras que en los polos (la punta de la esfera) la rotación tarda aproximadamente 30 días.



A pesar de los avances de la ciencia en las últimas décadas, se saben muy pocas cosas con certeza acerca de las condiciones reinantes en el interior del Sol (especialmente sobre sus regiones centrales). Se supone que su temperatura en el centro es del orden de los 15 000 000 de grados centígrados.



ENERGIA EMITIDA POR EL SOL



Toda la energía que emite se origina mediante reacciones termonucleares (interacción entre los distintos núcleos atómicos con formación de otros nuevos). Por medio de procesos de diversa índole, ésta se transmite a sus capas externas, desde las cuales se difunde al espacio exterior. La mayor parte de la energía luminosa y calorífica que recibimos del Sol proviene de una de sus capas superficiales (la fotosfera).



El Sol es el principal responsable del equilibrio biológico de nuestro planeta. Junto con el agua y el oxígeno (gas que se desprende principalmente del agua) mantiene la temperatura estable en nuestro planeta (lo que permite que se puedan desarrollar organismos vivientes).



La luz que nos llega del Sol es de naturaleza sumamente estable, es decir que es constante y uniforme. Una pequeña variación de sus radiaciones haría peligrar toda la vida en nuestro planeta. Tanto es así que los científicos constantemente están controlando cualquier tipo de variación para prevenir posibles problemas.

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